viernes, 15 de agosto de 2008

Esta es la narración de la cual les hablaba.






En este momento intento encontrar algo que no imagino que pueda ser… la soledad.

Para esto me siento abajo de un gran árbol con un enorme follaje, en donde nos tocan unos pequeños rayos de luz indistintamente, que se filtran entre las ramas pareciendo una gran lluvia de estrellas.
Bajo este encanto les pediría que cerráramos los ojos e imaginemos que estamos frente aun recinto donde al fondo de este se encuentra una puerta alta de doble hoja de madera maciza que refleja los años que tiene, estamos solos. – (pregunta [¿Cómo te sientes?])-
Respira, respira profundamente y observa la puerta, tienes deseo de cruzar, quieres saber que es lo que te espera, pero tienes miedo, miedo a lo desconocido a no saber que es lo que te vas a encontrar. Respira y toma fuerza desde tu interior y cruza, decides cruzar la puerta y al dar el primer paso lo que encuentras es un desierto, no hay nada más que arena; decides caminar, tal vez tienes la esperanza de encontrar algo que te acompañe, sigues caminando, el sol se pone y con el se agotan tus fuerzas, sientes pesados tus brazos, tus piernas ya no te responden, tus labios están secos; necesitas un poco de agua para aliviar tu pesadez, pero no hay nada, sigues caminando; a lo lejos vez un oasis tienes miedo de que solo sea una ilusión, pero aun así decides acercarte, caminas cuidadosamente y descubres que es verdad, con tus manos tomas un poco de agua – [¿Cómo sientes el agua?]- después de un rato de descansar junto a ese recinto de vida decides refrescarte un poco con miedo introduces tus pies al agua -¿Qué es lo que sientes?- te quedas observando a tu alrededor, y meditas -¿que más hay ahí?- y te preguntas -¿a caso estoy solo?- ¿Cómo te enfrentas ante esta circunstancia?- después de meditar decides tomar una siestas, has relajado tus brazos, tus piernas, has refrescado tu cuerpo y has aliviado tu sed, decides dormir, dormir bajo ese encanto que te alivio, cierras tus ojos respiras profundamente hasta que tu cuerpo se vence y caes en un sueño profundo, al encontrarte ahí descubres la puerta de regreso a ese recinto que te trato hasta aquí, abres la puerta con la seguridad de que alguien te espera… la soledad.

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